Sofocos tras la menopausia


SOFOCOS TRAS LA MENOPAUSIA


Uno de los principales síntomas tanto en la perimenopausia como tras la menopausia, son los sofocos. La menopausia es el momento a partir del cual la mujer no va a tener menstruaciones, lo cual generalmente conlleva una serie de cambios fisiológicos y  de síntomas asociados. La perimenopausia hace referencia a ese periodo de vida de la mujer alrededor del cual se va a producir la menopausia. En muchas ocasiones, ya en la perimenoapusia aparecen síntomas derivados de la disminución de la actividad endocrina del ovario. La manera en cómo se pase la menopausia depende de factores fisiológicos, psicológicos y socioculturales; y aunque la mayoría de las veces no se requiere el apoyo profesional, existen casos de mujeres que lo viven de forma patológica (síndrome climatérico) y necesitan ayuda médica.

Los sofocos son los síntomas vasomotores más importantes en la perimenopausia y tras la menopausia. Son uno de los principales motivos de pérdida de calidad de vida en esta etapa. Se deben directamente a la disminución de los niveles de estrógenos, y se asocian con mayor riesgo de:

  • Osteoporoisis.
  • Enfermedad cardiovascular.
  • Deterioro cognitivo.

¿Tienen tratamiento?

Los sofocos mejoran notablemente con la terapia hormonal, por lo que cuando los sofocos afectan a la calidad de vida de las pacientes, la terapia hormonal es el principal tratamiento. La terapia hormonal es capaz de reducir en un 75% la frecuencia de los sofocos, y en un 87% la intensidad de los mismos. De hecho, ningún otro tratamiento ha conseguido mejorar tanto los sofocos tras la menopausia y en la perimenopausia.

Cuando usamos la terapia hormonal para el tratamiento de los sofocos, lo ideal es usar la menor dosis necesaria. Además, hay que tener en cuenta que hasta en la mitad de las ocasiones los sofocos van a reaparecer tras el abandono del tratamiento. La dosis bajas son igualmente efectivas en el tratamiento de los sofocos, y además disminuyen los riesgo asociados a la toma de la terapia hormonal.

Es obligación de los ginecólogos investigar sobe la presencia de estos síntomas cuando las pacientes acuden a sus revisiones rutinarias. Con una simple y sencilla intervención terapéutica podemos mejorar enormemente la calidad de vida de nuestras pacientes.

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